Poemadre
Poesía y musicoterapia para sanar los silencios de nacer como madres
Recital basado en el libro «Lo que todas callan»
de Irene G. con música y voz de Beatriz Grande
¿En qué consiste el recital?
Irene G. y Beatriz Grande han desarrollado un recital basándose en el libro «Lo que todas callan», en el que consiguen poner luz, voz y música a un momento muy específico de la maternidad: el parto, la violencia obstétrica, el posparto y todos los desafíos ocultos de los que nadie habla y que envuelven a una maternidad real.
Grandes acontecimientos que atraviesa la mujer que nace y crece como madre y que se suelen vivir de manera muy silenciosa.
Ambas han trabajado en una misma dirección para sanar esos momentos de sombra en los que se encuentran muchas mujeres sin darse cuenta. Beatriz Grande componiendo melodías y canciones llenas de fuerza y utilizando la musicoterapia como herramienta para potenciar el sentido de los poemas. E Irene G. elaborando un poemario que nos recuerda que, cuando nace un niño o una niña, también nace una madre. Y desde esa premisa ha parido unos versos valientes que son un abrazo al alma.
El proyecto de ambas intenta dar respuesta a preguntas tan difíciles como…
- ¿Qué pasa cuando nos enfrentamos a una realidad sin tiempo suficiente para asumir?
- ¿Sin brazos competentes para sostener?
- ¿Sin pulmones capacitados para respirar?
Este recital es una nana para las madres. Serán ellas las cuidadas y las escuchadas. Arrullan a las que pensaron que, tras dar a luz, solo llegarían momentos dulces y a las que nadie les había explicado que también les esperaban días de dolor físico y emocional: tristeza, ansiedad, la difícil adaptación a su nueva vida, los problemas para recuperar su vida sexual…
En definitiva, este es un recital que viene con ganas de abrazar a todas las madres del mundo y a decirles que NO ESTÁN SOLAS. Y que, unidas, podemos sostener las dificultades mucho mejor. Ser madre es increíble, pero eso ya lo sabíamos, aquí venimos a bailar a ese silencio del que no se habla y que tanto ruido hace.
Pasa, entra, al fondo hay espacio para tus miedos.
Venimos juntas a deshacerlos.
¿Quiénes somos?
Irene G.
Es licenciada en Periodismo, máster en Comunicación Integral y Posgrado en Especialista en la Enseñanza de la Escritura Creativa por la Universidad de Alcalá.
Trabajó como redactora en diferentes revistas y actualmente compagina su faceta de periodista y escritora con la de profesora de Escritura Creativa. Lleva ocho años vinculada a la enseñanza en los que ha impartido clases de Escritura Creativa en la Universidad Nebrija de Madrid, obteniendo la Mención de Excelencia Docente en la convocatoria Docentia 2015/2016. Actualmente imparte clases en la Universidad de Alcalá, en talleres privados, empresas, colegios y círculos de mujeres.
Su relación con la poesía nace con nueve años, edad en la que empieza a escribir sus primeros versos. En 2012, publica su primer libro, Micropoesías, macrocorazón y mercromina (Ed. Torremozas). A partir de aquí ha publicado un total de nueve títulos con diferentes editoriales.
Ha sido colaboradora durante tres años en diferentes programas de RNE en donde tenía una sección en la que lanzaba retos literarios a los oyentes para fomentar la escritura y la creatividad.
Beatriz Grande
Es musicoterapeuta licenciada en la Universidad Autónoma de Madrid, pianista y cantante formada en la Escuela Municipal de Música de Torremocha de Jarama.
Utiliza la música como herramienta para mejorar la calidad de vida y restablecer estados de bienestar en sus pacientes, actualmente en adultos con enfermedades neurodegenerativas. También se destaca su trabajo con niños y niñas con diversidad funcional, y con grupos de mujeres.
En el plano artístico, ha sido la pianista de Poesía es nombre de mujer junto con Loreto Sesma, Irene G. y Victoria Ash. Pianista y cantante en el Festival Índice, junto con César Brandom, Irene G., Teresa Mateos y Franxs. Así como pianista y maestra en el proyecto Ópera sostenible con la soprano Dolores Granados y el tenor Moisés Molín. Ha sido pianista acompañante y compuso temas propios para la presentación del poemario «Latidos» de Rosario Serra, así como para el evento poético de Loreto Sesma realizado en el Teatro Lara.
Se relaciona con la música desde los 3 años, con sus primeras clases de música y movimiento, y desde entonces no ha dejado de sonar. Compone, transmite y vibra con la música y sus cualidades terapéuticas.
Lo que dicen otros autores del libro
«Lo que todas callan»
¿Por qué es importante la musicoterapia?
La musicoterapia consiste en el uso de la música y sus elementos para conseguir objetivos terapéuticos. Los beneficios de la musicoterapia son múltiples en el trabajo con mujeres en situación de vulnerabilidad, en riesgo de exclusión social, con problemas de salud mental…
Algunos de esos beneficios son los siguientes:
- Mejora del estado de ánimo y la autoestima.
- Reduce el estrés y la ansiedad.
- Favorece la canalización y gestión de emociones.
- Ayuda en la superación del duelo y el trauma.
En este proyecto tiene un papel esencial ya que las mujeres vienen silenciadas históricamente en sus pospartos, maternidades y feminidad. La musicoterapia ha contribuido a la realización de melodías y patrones rítmicos utilizados con mimo y delicadeza para la elaboración de este recital inédito.
Además, en directo, se podrán utilizar algunas técnicas de musicoterapia para enriquecer la parte de escritura creativa y dotarla de una emoción más íntima, intensa y llena de tacto.
¿Qué necesitamos?
Este proyecto funciona porque hacemos un piel con piel con las madres (las dos somos madres) y ahí fluye la magia.
A nivel técnico, un piano (si no se puede disponemos de teclado profesional), dos micrófonos y equipo de sonido (que también podríamos facilitar). El resto es tacto, arrullo y empatía.
Dada la formación de profesoras de Irene G. y de Beatriz Grande, también se puede incluir después del recital un pequeño taller de Escritura Creativa y Musicoterapia, en el que los asistentes puedan expresar lo sentido y canalizar las emociones que hayan aflorado durante el recital.
También cabría la posibilidad de abrir un debate/coloquio para acoger y poner en palabras los sentimientos que se hayan despertado.
El recital dura una hora y cuarto o dos horas con taller de Escritura Creativa o charla de cierre, dependiendo de la modalidad que se escoja.
Ejemplo de poemas que recitamos
No me despedí de mí
Antes de que salieras de la pureza ignorante
de mi mudanza definitiva,
y mi yo conmigo
tuviera que darse la mano temblorosa
para aprenderme de nuevo,
no supe decirme adiós.
No supe decirme adiós.
Huelo la necesidad de este despiste
en los ojos de cada madre
que disimula no echarse de menos
y en un cielo asustado
lleno de hembras desorientadas
intentando volver a una senda caduca
que canta en MI sostenido…
Nos faltó una ceremonia a solas
para honrar a la mujer evaporada.
Cortar el tejido madre
Romper y hacer espacio.
Coser y ser silencio.
Nadie cuenta con un desgarro
para anunciar su creación.
Nadie reta a unas tijeras
cuando ni puedes intuir la astucia
de quien las manipula.
Sin querer jugar
me llevé todos los puntos.
Puntos sarcásticos
que juntan pieles no preguntadas,
obligadas a separarse como un muro que se levanta
y divide amor, lealtad y familias.
Mi epidermis interrumpida nunca será la misma.
Mi vagina guillotinada ya no será exacta.
Lo supe
cuando sentí a mi matrona coserme durante una hora
el resultado de un empujón final grosero
que transformó mi intimidad en jirones.
Mis rotos empapados
gritaban auxilio con tanto celo
que hasta mi pudor
rezó por custodiar
cada clímax apalabrado antes de morir.
Mira mis ojos y huele la confusión,
que seccionar mi sexo no estaba hablado con mi osadía.
Mira mis ojos y huele el daño,
que nadie sale ileso de la estela de un impacto.
Mira mis ojos y huele el duelo,
que la anestesia no duerme a las células
que integran la memoria.
Romper y hacer espacio.
Coser y ser silencio.
Pero la hendidura fue cesto
y saliste,
mi amor, saliste.
Lleno de sangre y de horas,
de fibras que se rasgaron para proteger tu llegada.
Fui desierto de cicatrices por hilvanar a tu paso.
Romper y hacer espacio.
Coser y ser silencio.
Y cuando
la incisión en mi cuero hembra amplió
tanto el canal del parto
como la inocencia de mi expresión,
comprendí que deshilachar mi piel
me convirtió,
como la hipótesis que busca su excepción,
en herida, resistencia y camino.
Indómito
Me pasé,
como una loba,
oliéndote toda noche.
La fiera lo hace para reconocer a sus crías,
yo,
para saber a qué huele el primer vuelo de un corazón
empapado aún de mi sangre.
¿Molesta la palabra violencia?
Cada grito que me disparas
cuando estoy pariendo
y me das en el centro de mi memoria.
Cada cremallera que abres
en mi corteza aterrada
cuando solo era cuestión de escuchar
con más curiosidad a la propia naturaleza.
Cada hombro que me retiras
como guerrera
que está luchando en plena batalla vital.
Cada vez que me mandas a casa
sin orientarme que las consecuencias
de un parto delicado y grosero
tendrán brotes que cambiarán
el sentido de mis fluidos.
Cada vez que no era necesario
empujarme al vacío
sin un paracaídas de ternura.
Es violencia,
sí, violencia.
Porque en esos momentos
somos diosas,
prensado el pan de nuestras pieles
con una fuerza anónima,
cediendo nuestros cuerpos estremecidos
a una nueva creación.
Y en ese espacio de alta vibración
no hay grietas para una dureza
cargada de pesadillas a integrar
o de recuerdos que cierran tus piernas calientes
como si aún estuvieras a tiempo
de gritar todo lo callado.
Dar a luz una duda
Cuando llegaste
todos hablaban de un nuevo ser.
Me temo
que la costumbre es ciega
porque nadie observa que son dos
los que vienen a este mundo.
¿O acaso yo no he vuelto a nacer?